La libertad interior a través del No Dualismo
Observar el mundo a través de los cinco sentidos hace que experimentemos la vida en términos de dualidad: bueno y malo; bonito y feo; vida y muerte; sufrimiento y felicidad…
De esta manera fragmentamos la realidad producto de nuestros juicios y condicionamientos personales y sociales.
Las enseñanzas no duales nos proponen otra manera de mirar la existencia: enfocarnos en aceptar la realidad tal cual es y mirar los acontecimientos desde una perspectiva distinta a la aparente.
La no dualidad no rechaza la realidad en sí misma, sino que desmonta conceptos tales como separación, causalidad, juicio moral y la existencia del tiempo y del espacio.
Cuestiona la realidad creada por la mente condicionada y nos ofrece un espacio amplio donde la Conciencia, al atravesar las barreras conceptuales, nos desvela una infinita trama de hechos interconectados donde no hay principio ni fin. Una manera revolucionaria de ser y estar en armonía con lo que es.
La historia en la mente
Los obstáculos, que nos impiden ver la realidad tal cual es, aparecen al creernos las historias que nos contamos sobre nosotros mismos y sobre el mundo. Creemos los juicios, las opiniones, las referencias, las explicaciones sin preguntarnos si son reales.
A veces la mente crea una historia -y se la cree- sólo para evitar el miedo que provoca vivirla. Esta historia tiene muchísimo poder sobre nosotros pues condiciona la manera en la que experimentamos y nos relacionamos con el mundo. Esta realidad distorsiona la visión de la existencia perpetuando la separación con los demás, enfatizando el individualismo y el ego como mecanismo de protección cuando el miedo acecha.
No es fácil salir de esta dinámica pues nos criamos, educamos y socializamos en/con y desde ella, no conocemos otra cosa.
Es como estar dormidos, viviendo un sueño dentro de un sueño. Pero la vuelta a casa es posible, es necesario despertar y abrazar nuestra profunda naturaleza esencial.
«Quien mira hacia afuera sueña, quien mira hacia adentro, despierta»
Carl Jung
A través de la observación consciente ponemos distancia y vemos las categorizaciones y definiciones instaladas en el software de nuestra mente, dándonos cuenta de que hay una limitación en las cualidades asignadas a los objetos y experiencias, basados en el pasado y mantenidos por la reducida percepción de los 5 sentidos.
Poco a poco nos damos cuenta de que este punto de vista polarizado divide y fragmenta
las experiencias que vivimos.
Byron Katie en su trabajo «The Work» a través de cuatro preguntas nos ayuda a deconstruir las creencias limitantes más arraigadas en nosotros que nos impiden ver la realidad tal cual es:
- ¿Es (tal pensamiento) verdad?
- ¿Tienes la absoluta certeza de que (tal pensamiento) es verdad?
- ¿Cómo reaccionas, qué ocurre cuando crees en ese pensamiento?
- ¿Quién serías sin ese pensamiento?
El siguiente paso es invertir los pensamientos (las respuesta a las preguntas). Aquí se explica cómo hacerlo.
Esta deconstrucción nos hace reenmarcar nuestra creencia, desdibujando sus principios, bases y raíces, abriendo distintos escenarios y potencialidades.
Y cuando nos hacemos conscientes de este mecanismo y nos desapegamos de la historia asociada al personaje, la historia que la mente nos cuenta y que llevamos una vida creyendo y haciendo nuestra, se desvanece.
Aceptar lo que es
A veces pensamos que “el despertar” se produce a través de estados alterados de conciencia, pero las enseñanzas no duales apuntan a que el estado natural y profundo de nuestra conciencia actual ya es pura luz y en consecuencia no hay que conseguir nada.
Es un estado inocente y no contaminado por el movimiento del pensamiento. Purificando y acallando la mente (nubes) éstas se disipan permitiendo que emerja la luz que siempre ha estado detrás (el sol que somos).
Para indagar más a fondo en el principio de la Aceptación recomendamos “La Aceptología” de Gerardo Schmedling, “The way of Zen” de Alan Watts y “Wu Wei, el arte taoísta de la no acción”.
Presencia
Abriéndonos al aquí y ahora la mente no puede hacer otra cosa que encontrarse con la experiencia presente y disolver cualquier historia particular hasta dejarla en nada.
Esa historia con la que sufrías ya no está ahí, se ha disuelto, junto con la emoción y el sentimiento asociados. ¿Qué es de la emoción que te abarca cuando le quitas la historia detrás? Nada, están atadas y una marcha con la otra.
La apertura al presente disuelve cualquier proyección en el tiempo, ya sea pasada o futura. Tenemos la opción de elegir en cada instante si avivamos el fuego de la memoria o si nos rendimos al presente creando una atmósfera de tranquilidad, amor y entendimiento.
Poco a poco, llevando la luz de la conciencia y el discernimiento, nos instalamos en el asiento del observador y todo lo que atañe al personaje que siempre hemos creído ser, cada vez nos afecta menos.
Acabamos por identificarnos con el observador, conocedor y experimentador de todo lo que ocurre y vemos con distancia la actividad mental sin “tocarla” (sin identificarnos con ella), creándose un espacio que nos permite elegir antes de reaccionar.
Sabernos comiendo mientras comemos, sabernos hablando mientras hablamos, sabernos escuchando mientras escuchamos.
Ver el enfado emerger como alguien que observa un objeto y no sentirse uno con él.
Sabernos alegre mientras experimentamos la sensación, sin identificarnos con la alegría per se son ejemplos gráficos que ilustran la práctica de la conciencia plena del momento presente.
Podemos profundizar en el significado del estado de presencia a través de “Mindfulness” de Thich Nhat Hanh y “El poder del ahora” de Eckart Tolle, entre otros.
El camino sin camino. La visión clara.
Las filosofías orientales no duales nos hacen entender que cuando comenzamos la búsqueda en el camino espiritual lo que buscamos es lo que ya somos y no lo que proyectamos llegar a ser. Aquí reside la respuesta y la fuente de la pregunta, por tanto el poder de la transformación.
Como hemos comentado, el ego tiende a buscar lo que ya conoce llevándonos a veces a un muro de condicionamientos, no sólo producto de recuerdos sino de comparaciones. Este mecanismo nos dificulta aprender algo nuevo.
La no dualidad nos enseña que la naturaleza real del ser humano es el ser eterno, la conciencia pura indiferenciada más allá de la mente condicionada.
Tomando conciencia de todo simplemente observando no hay cabida para la proyección, nada se etiqueta con palabras conocidas, hay una apertura a aprender trayendo visión y claridad.
Es como abrir una ventana en una habitación oscura llena de objetos y al aparecer algo de claridad, una nueva visión emerge.
Te recomiendo leer el cuento del pescador y el empresario para ilustrar el concepto de “visión clara”:
En definitiva, los puntos de vista no duales nos hacen preguntarnos sobre nuestra naturaleza esencial aceptando las cosas tal y como son, sin la historia detrás de ellas.
Conclusión:
Es un retorno a casa. Desaprender lo aprendido. Re-conocer-nos. Desmontar lo montado. Atravesar el lenguaje como vehículo de construcción de la realidad.
La autoindagación es el pilar del Advaita Vedanta. Leer las obras de Ramana Maharsi nos ayuda a investigar sobre lo que verdaderamente somos.
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